Deja ya de mirar la arquitectura
Deja ya de mirar la arquitectura
que va trazando el fuego de artificio
en los cielos de agosto. Lleva el vicio
en sí de toda humana criatura:
vicio de no durar. Que sólo dura
por un instante el fúlgido edificio
para dejarnos ver el beneficio
sagrado de una luz en noche oscura.
Ven… Hay que ir a buscar lo más durable.
Esta noche de estío por ti enciende
sus innúmeras luces en lo alto;
cállate bien y deja que ella hable.
Y del vano cohete sólo aprende
a ir preparando tu divino salto.
«Pedro Salinas, Madrid 1891 – Boston 1951, poeta español. Perteneciente a la generación del 27, su trabajo, intelectual y emotivo y adicto a la ‘poesía pura’, aborda la metafísica amorosa (Presagios, 1923; La voz a ti debida, 1934). A partir de su exilio se muestra más sensible a la crisis histórica del momento (Todo más claro, 1949). Cultivó también la narración, el teatro y los estudios literarios.» (De El pequeño Larousse ilustrado, 2009.)

