Esta imagen pertenece a la era «primitiva» de una técnica y un arte. Fue hecha en 1857, unos 18 años después de que la fotografía viera la luz en Inglaterra y Francia simultáneamente. Hecha, porque no sería exacto decir que fue tomada. Su autor, Gustave Le Gray, uno de los grandes desarrolladores de la fotografía en el siglo XIX, acopló dos negativos, cielo y agua, para crear una sola impresión que mostrara «tanto las crestas blancas como las nubes» (NYT). Tal vez entendía que el horizonte es una gran mentira, que cielo y océano nunca se tocan, que en su conjunción hay siempre algo de remiendo y algo de milagro. Jugó un poco a Dios así, al juntarlos con pegamento blanco.
La imagen es parte de From Today, Painting Is Dead: Early Photography in Britain and France, una exposición de la Barnes Fundation, en Filadelfia, que vuelve sobre los orígenes y primeros pasos de la fotografía.

De la colección de The J. Paul Getty Museum